Doce hombres sin piedad




Primera película de Sidney Lumet la cual dirige en 1957. Posteriormente se hicieron varias adaptaciones de esta película, una de las cuales fue una obra teatral española con actores de la categoría de José Bódalo, Ismael Merlo y Sancho Gracia.





Los doce hombres de un jurado tienen que decidir la inocencia o la culpabilidad de un muchacho que presuntamente cometió un asesinato. Dicha decisión tiene que ser por unanimidad, o sea que los doce tienen que votar a favor de la inocencia o los doce tienen que votar a favor de la culpabilidad. A los componentes del jurado se les encierra en una habitación para que deliberen. Se puede decir que esto fue el principio de “Gran Hermano” en el que se encierran a varias personas en una casa llena de cámaras para analizar la personalidad de cada uno de los encerrados.





Al principio la mayoría de los componentes del jurado tenían claro de la culpabilidad del muchacho. Pero surge una voz discordante en la persona de Henry Fonda, el cual vota inocente porque no lo tiene muy claro y ante eso es mejor votar inocente antes que mandar a un pobre muchacho a la horca. Todo esto basándose en la presunción de inocencia (In dubio pro reo).





Como no hay unanimidad entonces a deliberar. No se sale de la tórrida habitación hasta que haya unanimidad. Se le fastidia los planes a un miembro del jurado que tenía prisa por salir ya que tiene unas entradas para ver un espectáculo deportivo, pero las obligaciones públicas son lo primero.





Poco a poco los miembros del jurado se van convenciendo de la inocencia del muchacho. Se dejan al descubierto la bajeza moral de algunos miembros del jurado que votan culpable no por los hechos en si, sino por los prejuicios que se tiene a los que pertenecen a una determinada clase social o a los que tiene una cierta edad.





Esta película es una crítica al sistema judicial porque al encausado que no tenga suficientes recursos se le asigna un abogado de oficio, el cual no sabe convencer al jurado sobre la inocencia de su defendido. Ha tenido que ser un miembro del jurado, Henry Fonda, el que convenciera a sus once compañeros sobre la inocencia de un muchacho.





Un tema muy actual, no sólo en el ámbito judicial, sino también en el ámbito social y político. Estamos alineados con el “pensamiento único” pero unos pocos resisten para liberar las mentes a los demás. Si el que nos representa políticamente no es capaz de hacerlo, entonces serán otros desde la sociedad civil.





Esta película, al igual que otras películas del siglo XX, la puedes ver completa online aquí:

1 comentario:

Anónimo dijo...

Yo sólo quería hacer una observación rápida de decir que me alegro de haber encontrado tu blog. Gracias